En su primer informe de gestión desde que asumió el miércoles pasado como «superministro» de Economía, Sergio Massa estimó que con el ajuste de subsidios que impactará en un aumento segmentado de las tarifas de energía y agua, el Estado estará en condiciones de ahorrar 500 mil millones de pesos al año.
El esquema de distribución de los subsidios seguirá la lógica ya anunciada en la primera conferencia de prensa el el líder del Frente Renovador encabezó en el Palacio de Hacienda.
«A la segmentación se agregarán topes de consumo para promover ahorro de recursos y un sistema más progresivo de subsidios. Quien menos consume o menos ingresos tiene menos paga, quien más consume o más ingresos tiene, más paga», precisó el documento que difundió el Ministerio de Economía.
«Con el ahorro de agua y energía, y el ordenamiento del sistema de distribución de subsidios, protegiendo la tarifa social, el Estado se ahorrará 500 mil millones de pesos al año», calcularon en Hacienda.
Por otra parte, la cartera económica ratificó la política de «techos de gasto» y en ese sentido confirmó que «no habrá más emisión para financiamiento hasta fin de año».
En tanto, «en coordinación con todos los sectores de la administración pública comenzó la fijación de topes al ingreso de personal». El congelamiento de la plantilla estatal es otro de los gestos de austeridad fiscal que Massa quiere dar a los mercados, aunque en este caso no se trate un ahorro tan significativo de recursos.
En cuanto a los mecanismos ilegales de subfacturación de exportaciones y sobrefacturación de importaciones que ya había dado cuenta en la conferencia de prensa, ahora se especificó que ya se iniciaron notificaciones a 722 empresas, y se estimó que el perjuicio al Estado por esas defraudaciones alcanza los 1.000 millones de dólares.
En otro orden, la cartera de Massa aseguró que habrá un control más incisivo de las importaciones y en ese sentido se anunció que «ya está en funcionamiento un esquema de coordinación para garantizar que los dólares de las importaciones estén enfocados a la producción y la salud».
En paralelo, el fomento de las exportaciones para «la fábrica de dólares» está al tope de las prioridades de gestión de las nuevas autoridades de Economía. En esa línea, «se lanzará Programa de Crédito a los efectos de que las PyMEs vendan trabajo argentino al mundo».
Se trata de «240 mil millones de Tasa de Crédito promocional para promover nuevas empresas exportadoras, según precisaron desde el ministerio.
En cuanto al financiamiento sin emisión monetaria, se detalló que «se firmará contrato con Agenda del CAF» (Banco de Desarrollo de América Latina), al tiempo que «se mantienen conversaciones de trabajo con el BID por el Programa de Desembolsos y el trabajo coordinado entre Argentina y este organismo».
«Se concretaron reuniones con bancos e inversores institucionales para trabajar junto a ellos con el objetivo de ordenar las finanzas», añadieron.
Por otra parte, en los próximos días habrá una reunión de Massa con autoridades de ANSES para definir «un acompañamiento adicional a jubilados sin afectar el orden de las cuentas» públicas. El bono sería anunciado en los próximos días, aunque resta saber el alcance (para qué categorías de jubilados y pensionados) y el monto.
En cuanto a la política ya anunciada en términos genéricos de reordenamiento del esquema de planes sociales, se informó que «el ministerio de Desarrollo Social presentará como funcionarán las auditorías y los programas de capacitación para empleo». También la cartera que encabeza Juan Zabaleta dará cuenta de «instrumentos para sectores vulnerables, formalización de la economía social y programa Puente al Empleo».
«Sin estabilidad macroeconómica no hay paz social y sin paz social no hay estabilidad macroeconómica», concluyeron, a sabiendas de que será prioridad contener los desbordes sociales con políticas efectivas, mientras se avanza con el orden de las cuentas del Estado.
La contracción monetaria y el ajuste fiscal eran justamente metas exigidas por el Fondo Monetario Internacional en el marco del acuerdo stand by firmado por el ex ministro de Economía y Finanzas Martín Guzmán con la cúpula del organismo internacional. .
En ese entonces, el kirchnerismo con los líderes de La Cámpora Máximo Kirchner y Andrés «Cuervo» Larroque a la cabeza, se expresó fervientemente en contra de las políticas de ajuste que le atribuían a Guzmán, pero unos meses después, en medio de una corrida bancaria que amenazaba con disparar una hiperinflación, el movimiento liderado por Cristina Kirchner dio un giro de 180 grados y respaldó el plan de Massa, que incluye recortes aún más severos que los que originalmente planteaba el desgastado ex titular del Palacio de Hacienda.