Un grupo de especialistas en psiquiatría elaboró un documento con recomendaciones en el uso de cierta terminología para promover que se evite discriminar involuntariamente o etiquetar las condiciones de salud y contribuyan a que las personas con enfermedades mentales sean ciudadanos de pleno derecho.
Se trata de «Las palabras importan», un trabajo del que participaron los doctores Ricardo Corral y Pedro Rafael Gargoloff y como co-autores las doctoras Martina Sobrero, Ana Clara Venancio, el doctor Marcos Yovino, la licenciada Catalina Obarrio y Marianela Suárez.
El documento tuvo un momento destacado en el foro regional «Haciendo visible lo invisible: tomando conciencia de las enfermedades no transmisibles», que se realizó recientemente con cinco simposios virtuales con transmisión central en diversos países de Sudamérica y Centroamérica, con la participación de especialistas de la Región Andina y el Cono Sur.
Las recomendaciones vertidas en el mismo tienen por objetivo, entre otros, contribuir a evitar que se difundan falsas creencias, mitos y estereotipos que refuercen y perpetúen la discriminación hacia las personas con problemas en su salud mental.
«Afortunadamente hoy disponemos de tratamientos eficaces para los trastornos mentales y medidas que permiten aliviar el sufrimiento que causan, pero para eso los pacientes deben tener acceso a la atención médica y a los servicios sociales que les pueden ofrecer el tratamiento que necesitan. Además, es fundamental que reciban apoyo social», afirmó Ricardo Corral, médico psiquiatra, Presidente de la Asociación Argentina de Psiquiatras (AAP).
Por su lado, Gargoloff, quien es médico psiquiatra, colaborador profesional de Asociación de Ayuda de Familiares de Personas que padecen Esquizofrenia, grupo de ayuda mutua de La Plata, indicó: «Llamativamente, hoy en la sociedad se presenta u na situación paradojal: por un lado, se ha avanzado mucho en lo que respecta al aporte de la ciencia en el diagnóstico, tratamiento y tecnologías disponibles al servicio de las enfermedades mentales, pero -por otro- socialmente sigue siendo un tema que presenta un fuerte estigma y mucha discriminación: incluso en la propia comunidad médica uno encuentra los mismos prejuicios. Toda esta situación genera mucha angustia tanto en l os pacientes como en sus familiares».
«El cambio incluye desde apelar a la utilización de términos como ´problema de salud mental´ en lugar de enfermedad mental o enfermedad psiquiátrica, y hablar de ´persona con esquizofrenia, trastorno bipolar, trastorno de ansiedad o depresión´ en lugar de definir únicamente al individuo por su condición de salud mental, etiquetándolo como ´esquizofrénico, bipolar o psicótico´, hasta de ‘romper’ con el falso vínculo entre trastornos mentales y violencia, ya que es habitual la percepción de que las personas con problemas de salud mental son agresivas, peligrosas y que actúan de forma irracional e inesperada, lo que para nada se ajusta a la realidad de estos pacientes», sostuvo Corral, quien se desempeña como Jefe del Departamento de Docencia e Investigación del Hospital Borda.
El documento destaca que «en muchas ocasiones, sobre todo en redes sociales que fomentan la utilización de enunciados breves y llamativos, se titulan anuncios periodísticos asociados a un diagnóstico de salud mental de forma alarmante y morbosa para captar la atención del público. Como consecuencia, quedan en relación estas situaciones fortuitas con los diversos problemas de salud mental. Particularmente, es común encontrar sucesos de violencia puestos en relación con trastornos de la salud mental, mientras que no existe evidencia científica sobre la existencia de dicho desorden».
«De hecho, con frecuencia las personas con trastornos de salud mental son víctimas de hechos de violencia y no agresores.
Por esto, la recomendación es nombrar los problemas de salud mental de forma contextualizada y sólo cuando es imprescindible para entender la noticia», consignó Gargoloff.
En tanto, Corral manifestó: «Si este trabajo contribuye para que comencemos a tratar con respeto a las personas con problemas de salud mental, desterrar los mitos y los estigmas que los rodean, indirectamente habremos contribuido a edificar una sociedad un poco más justa».
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada cuatro personas tendrá un trastorno mental a lo largo de su vida y los problemas de salud mental serán la principal causa de discapacidad en el mundo en 2030.
Actualmente, el 12,5% de todos los problemas de salud corresponde a los trastornos mentales, una cifra superior a las enfermedades cardiovasculares y al cáncer.
Por otro lado, el inicio de estas patologías es temprano: uno de cada dos casos que se presentan en personas adultas comienza antes de los 15 años de edad y tres de cada cuatro antes de los 18, mientras que entre el 35 y el 50% de los pacientes no reciben ningún tratamiento o el que reciben no es el apropiado para su condición.
En tanto, cerca de mil millones de personas viven con un trastorno mental y la pandemia de Covid-19 está afectando a miles de millones de individuos en todo el mundo, situación que está teniendo repercusiones adicionales en la salud mental de las personas.