El reciente giro de $80.000 millones que el Banco Central hizo en favor del Tesoro despertó las alarmas entre economistas y consultoras, en vistas a una posible relajación de la producencia monetaria que se había observado en la primera mitad del año.
«Arrancó la emisión del segundo semestre», señaló al respecto la consultora Econviews, dirigida por el ex secretario de Finanzas, Miguel Kiguel, en referencia a un fenómeno que se reitera en los años impares.
La entidad remarcó que en los años signados por las campañas electorales, la emisión monetaria destinada a financiar los déficits fiscales suele incrementarse en el segundo semestre, luego de una mayor severidad en ese sentido en la primera mitad de cada año.
Con excepción de 2009 y 2017, la monetización de la segunda mitad de cada año es ostensiblemente superior a la de la primera, llegando a ser seis veces mayor en 2019.
En el último trimestre de 2020, el Tesoro dejó de financiar su déficit con adelantos transitorios del Banco Central (aunque siguió con las utilidades) en un cambio de estrategia tomada luego de la estampida del dólar blue y el exceso de pesos en la plaza en medio de las dificultades fiscales de la pandemia.
Esa prudencia monetaria y fiscal se extendió hasta los primeros meses de 2021, pero se interrumpió debido al agravamiento de la pandemia de coronavirus, con una ley de Presupuesto que no tenía contemplada la continuidad de los programas de asistencia social y financiera.
Esas complicaciones se sumaron al habitual aumento de emisión en años electorales remarcada por Econviews y hasta el momento representa transferencias del Banco Central al Tesoro por $410.000 millones: $190.000 millones por adelantos transitorios y$220.000 millones por utilidades.
La emisión de pesos por el momento no se refleja en un incremento desmesurado de la base monetaria, debido a la esterilización llevada a cabo por el Banco Central, que continúa realizando licitaciones de letras de liquidez (leliq) a razón de dos por semana, además de la colocación de pases pasivos.
De todos modos, con intereses del 38% anual y un stock que supera los 2 billones de pesos, los analistas consideran que las continuas licitaciones de leliq son una suerte de «promesa de emisión futura» y, en consecuencia, una mayor presión inflacionaria para los años venideros.
Los últimos informes oficiales del Banco Central marcan un nivel de la base monetaria de $2.770.568, con un récord de $2.892.146 millones el 22 de junio pasado.
El presidente Alberto Fernández asumió con una base monetaria de $1.722.505 millones, de lo que se desprende un incremento del 60,8% en 19 meses.