Tras el acelerado aumento de contagios de coronavirus y el peligro de que colapse el sistema sanitario, la Ciudad de Buenos Aires y la Provincia protagonizaron hoy una nueva serie de cortocircuitos por las restricciones a la circulación.
Luego del decreto del Gobierno Nacional, los casos no bajaron y el sector privado de la salud aseguró que la ocupación de camas de terapia intensiva está al límite.
Por este motivo, la Provincia de Buenos Aires expresó que es necesario endurecer las restricciones impuestas por la Nación la semana pasada.
El ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollan, lanzó una fuerte advertencia este lunes: «No es que no vamos a tener camas, ya no estamos teniendo».
El funcionario de Axel Kicillof, en diálogo con la periodista Nancy Pazos, por radio Rock and Pop, subrayó que «un período de mayores restricciones y ralentización de los contagios permitiría poder completar la vacunación de los grupos de riesgo y bajar drásticamente la letalidad, ya que los fallecidos con diagnóstico de COVID-19 en nuestro país tienen un promedio de 74 años, siendo más de 84% mayores de 60 años de edad».
Sin embargo, la Ciudad de Buenos Aires señaló que el nivel de acatamiento de las medidas coordinadas con Provincia y Nación es «muy bueno» y, por eso, es necesario esperar algunos días para ver si las restricciones tienen los resultados esperados.
«La semana pasada se tomó una decisión entre la Nación, la Provincia y la Ciudad y estamos monitoreando la situación día a día. El cumplimiento viene bien. La gente está cumpliendo. La decisión que tomaste el viernes, si todos cumplimos, no la podés cambiar el lunes», sostuvo el vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli.
Además, explicó que «lo que está pasando este lunes es el resultado de lo que pasó antes, no la semana pasada».
«Tenemos que ver cómo repercuten estas medidas. Lo que se hizo a partir del jueves pasado se va a empezar a ver recién este fin de semana. Hay que mantener el equilibrio para sostener algún nivel de actividad económica», subrayó Santilli.
De esta manera, la Nación deberá ser nuevamente el árbitro entre las diferencias que expresan públicamente tanto la Ciudad como la Provincia.
Este lunes, en medio del crecimiento de casos, el Gobierno bonaerense adelantó que podría darse marcha atrás con las clases presenciales si es que los casos siguen aumentando.
«Está contemplado reducir la presencialidad en las escuelas si hay mucha circulación viral», indicó el viceministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak.
En la Ciudad, en cambio, consideran que mantener la presencialidad en la educación es una prioridad, por lo que no está contemplado que se limite esta actividad.
Lo más probable es que, luego de que transcurra esta semana, se realice una nueva evaluación entre Nación, Provincia y Ciudad para ver la respuesta del sistema sanitario a las nuevas medidas y, de ser necesario, se tendrán en cuenta nuevas restricciones a la circulación.