Los fiscales de San Isidro ya evalúan llamar a indagatoria a los siete imputados por la muerte de Diego Armando Maradona, agravarles la calificación penal, e incluso solicitar detenciones para los próximos días.
Fuentes judiciales informaron que el grupo de fiscales que viene investigando la muerte de Maradona empezó a evaluar la situación de los acusados luego de la presentación de la Junta Médica el pasado lunes.
Lo que es un hecho es la convocatoria a indagatoria, que será para los próximos días, pero es materia de análisis entre los fiscales si la misma será con los imputados en libertad o bien amerita alguna detención, sobre todo en lo que hace a los principales acusados, que son los médicos tratantes como Leopoldo Luque, Agustina Cosachov y el psicólogo Carlos Díaz.
La indagatoria será la primera vez que los acusados tendrán la posibilidad de hacer su defensa, aunque algunos de ellos, como Luque, ya hicieron un descargo en el que negaron cualquier tipo de responsabilidad en la muerte de Maradona.
Incluso, el lunes mismo en que se presentó el informe de la Junta Médica, Luque pidió ser citado y adelantó que contestará todas las preguntas que tenga la Fiscalía.
Al evaluar las indagatorias, también es un hecho ya casi concretado el cambio de carátula: hoy la causa tramita como homicidio culposo, con una pena máxima de ocho años de prisión, pero pasaría a homicidio simple con dolo eventual, que prevé hasta 25 años de cárcel.
El primero de los delitos implica una mala praxis pero para los fiscales opera el segundo, ya que consideran que los médicos se representaron que Maradona podía morir y nada hicieron para impedirlo.
Según los peritos, Maradona pudo haber tenido «chances de sobrevida» si tenía una adecuada internación domiciliaria, y el accionar médico en su caso fue «inadecuado, deficiente y temerario».
«Según las buenas prácticas médicas y una vez resuelta la patología aguda que dio origen a su internación en Clínica Olivos (hematoma subdural) y considerando el cuadro clínico, clínico-psiquiátrico y el mal estado general debió haber continuado su rehabilitación y tratamiento interdisciplinario en una institución adecuada», concluyó la Junta, sobre el alta médica avalada por el neurocirujano Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov.
En esa línea, los peritos son determinantes al asegurar que desde que fue internado Maradona en La Plata y luego en Olivos, no estaba «en pleno uso de sus facultades mentales, ni en condiciones de tomar decisiones sobre su salud» y su muerte fue al menos doce horas antes del 25 de noviembre al mediodía ya que «presentaba signos inequívocos de periodo agónico prolongado».
Todo ello «habiendo una falta de control desde las 0.30 horas» de ese día más allá que su entorno y los médicos lo advirtieron cerca del mediodía.
Sobre eso, los médicos dijeron que «fueron ignorados los signos de riesgo de vida que presentaba» Maradona y al respecto tuvieron en cuenta los whatsapp en la causa donde en uno de ellos enviado a Luque por el kinesiólogo Nicolás Taffarel: «La semana pasada les dije que había que levantarlo porque podía hacer un edema de pulmón».