El economista Ricardo Delgado consideró que Estados unidos está condicionando el apoyo para un acuerdo de la Argentina con el FMI, a que exista un «marco sólido para detener la inflación, hacer crecer el empleo y fomentar las inversiones».
Delgado, director de la consultora Analytica, consideró que el demorado apoyo concreto de la gestión de Joseph Biden a las negociaciones con el FMI y el Club de París «llegará, todo parece indicar, pero bajo ciertas condiciones».
Explicó que cuando Estados Unidos «apela a que mejoren las perspectivas de crecimiento del empleo privado argentino con un marco sólido de política económica, se está ajustando a la propia agenda norteamericana».
Consideró que el gobierno estadounidense esta preocupado «porque en su economía los puestos de trabajo de varias actividades de peso aún no alcanzaron los niveles pre-COVID y la velocidad de su recuperación parece moderarse».
«El objetivo que la administración Biden buscaría para la economía argentina requiere de una circularidad virtuosa y excedentaria de dólares, que aún esta macro no puede ofrecer», señaló Delgado.
Consideró que «no hay condiciones para nuevos trabajos privados si no se invierte, y no se invierte porque prevalece la incertidumbre de reglas».
«Hay incertidumbre porque la macro no está ordenada y no puede generar los dólares suficientes para garantizar el repago de todas las deudas, y no existe una macro en orden porque la inflación es muy alta e incierta», indicó en declaraciones periodísticas.
Consideró que «una vez más, la inflación como síntoma último de todos los desequilibrios, es el obturador que imposibilita romper el círculo del estancamiento económico y social».
Advirtió que el año anterior no hubo un plan antiinflacionario por la pandemia, y en el actual tampoco, aunque considero que «se está haciendo parte de los deberes, en un esfuerzo fiscal y monetario considerable».
«Se está ajustando el gasto en términos reales y administrando los excedentes de liquidez de manera mucho más orgánica que antes, ayudado en parte por la soja y por el efecto de la propia inflación sobre las cuentas públicas», indicó.
Consideró que el gobierno de Alberto Fernández se debate entre «inyectar pesos en los sectores vulnerables o apostar ya a una desinflación lenta, costosa y necesitada de acuerdos políticos imposibles en lo inmediato».