El bahiense Emanuel Ginóbili, uno de los basquetbolistas más importantes de la historia, visitó a la Selección argentina masculina en Las Vegas, durante su último tramo de preparación para los Juegos Olímpicos de Tokio, que comienzan en una semana.
El día anterior, casi sin avisar, había pasado por el hotel donde se hospeda la delegación albiceleste en esa ciudad de Estados Unidos, siempre con perfil bajo, para charlar con el entrenador Sergio Hernández y los jugadores.
Incluso, a su manera, tiró algunos consejos de forma indirecta. Como a Leandro Bolmaro, a quien le dijo que no se preocupara si notaba diferencias con los jugadores NBA, luego de la dura derrota ante Estados Unidos del martes pasado.
«Yo, en el primer torneo que jugué -Preolímpico 1999-, me corrían de acá para allá como un muñequito», le reveló «Manu» a quien posiblemente en pocos meses sea el nuevo argentino en la Liga más reconocida del mundo.
Así, siempre con sencillez y buena onda, Ginóbili apareció el jueves en el entrenamiento vespertino del equipo albiceleste, casi en la madrugada de la Argentina.
Con la presencia de su amigo Adrián Paenza, apareció en el «Cox Pavilion», mientras los jugadores estaban en el gimnasio, por lo que se sorprendieron al llegar a la cancha para la segunda parte del entrenamiento.
Alrededor de una camilla se armó un cónclave del que participó el capitán Luis Scola, quien había ido acompañado por dos de sus cuatro hijos varones, Tiago y Tomás, quienes rápidamente se pusieron a charlar con el ídolo bahiense.
«Quiero ver tu mecánica de tiro», le dijo al menor, quien se paró y la clavó de tres puntos. «Muy bien, eh», le devolvió «Manu».
Luego, junto a Paenza, siguió toda la práctica con mucha atención y, cuando finalizó, sin querer molestar, se acercó tímidamente a algunos jugadores.
El base cordobés Facu Campazzo fue a su encuentro y estuvieron charlando un rato antes de hacer la divertida foto grupal que se difundió en redes sociales.
«No hay mucho que decir, me gusta venir a verlos, estar cerca…», aseguró Ginóbili, quien se retiró del básquet hace tres años y hace cinco, justamente en los anteriores Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, de la Selección.
«Fue muy linda la visita de Manu. Hacía rato que no lo veíamos y su presencia siempre trae buena energía, buena vibra…. Nos suma mucho como grupo. Además, todos le estamos muy agradecidos por lo que significa como deportista y persona, alguien que ha trascendido nuestro deporte y siempre vuelve como uno más. Yo, puntualmente, estuve hablando algo de básquet porque él siempre quiere saber cómo está el equipo y cada uno de nosotros, sobre todo los más nuevos. Y también claro charlamos un poco de otras cosas de la vida», afirmó Campazzo, que se prepara para el debut en Tokio, el 26 de julio frente a Eslovenia.