Los puertos ubicados al sur de la provincia de Buenos Aires desempeñan un rol cada vez más clave para la agroindustria, en medio de la bajante histórica del río Paraná que afecta la Hidrovía.
Las hectáreas cosechadas de maíz crecieron en forma considerable al finalizar la cosecha tardía 2020-2021, lo cual derivó en un elevado arribo de camiones a los puertos.
Por la bajante del Río Paraná aumentó la importancia de los puertos del sur de Buenos Aires, según un estudio de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
La elevada superficie de maíz recolectada en julio disparó un marcado incremento en el número de camiones ingresados a los puertos del país.
Desde inicios de julio ingresaron a los puertos del Gran Rosario 151.648 camiones, lo cual marca una suba del 27% respecto de igual período del 2020.
Mientras que a los puertos del sur de la provincia de Buenos Aires arribaron 48.394 unidades, 31% más que el año previo.
La cosecha de maíz avanzó con fuerza en el último mes y se encuentra virtualmente finalizada, sólo restando por recolectarse el 2% del área a nivel nacional.
Ocurre, según el análisis, que una gran proporción del área total fue implantada con maíces de segmento tardío.
Esto ha dejado como consecuencia que una elevada cantidad de hectáreas se cosechara entre principios de julio e inicios de agosto.
En ese período se cosecharon 3,5 millones de hectáreas en total, un 39% del área completa.
Pero además, la severa e histórica bajante del Río Paraná está causando problemas logísticos en la carga de buques en los puertos del Up-River rosarino, por lo que una elevada proporción de la carga debe ser relocalizada a los puertos del sur de Buenos Aires.
En 2021 creció la descarga a los puertos de Bahía Blanca y Necochea/Quequén, superando los registros de los años anteriores.
En el Gran Rosario, en tanto, el número de camiones ingresados se encuentra por encima del registro del 2020, pero por debajo del guarismo del 2019.
Asimismo, este incremento en el arribo de camiones con maíz a los puertos del sur bonaerense también condice con los números de embarques.
En julio y agosto último, el total de toneladas de maíz embarcadas y programadas a embarcar desde puertos argentinos asciende a 9,1 millones de toneladas, de las cuales el 67% tienen como origen los puertos del Gran Rosario, mientras que el 30% los puertos de Bahía Blanca y Necochea/Quequén.
«Esta es la menor importancia relativa de los puertos del Up-River (y, paralelamente, la más elevada proporción de los del sur de Buenos Aires) desde al menos el 2018», indicó el informe de la Bolsa rosarina.
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Soja.
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En cuanto a la soja, existen dos fenómenos que están relacionados entre sí.
Por un lado, las exportaciones de poroto de soja en los primeros tres meses de la campaña alcanzan 1,8 Mt, es decir, 56% menos que en el primer trimestre del ciclo previo.
Además, es el segundo volumen más bajo de la última década, sólo superado por lo ocurrido en el ciclo 2017-2018, el de la fatídica sequía histórica que afectó severamente la producción.
Por el otro, la molienda de soja en los primeros tres meses de la campaña 2020-2021 totaliza 12,6 Mt, 10% más que en los primeros tres meses del ciclo anterior y registrando el segundo mejor guarismo de la última década.
Esto se explica, fundamentalmente, por la suba en los precios del aceite de la oleaginosa.
Los aceites vegetales han experimentado un fenomenal rally alcista en los últimos 12 meses, incluido el de soja.
«La suba de precios ha mejorado el oil share (la participación del aceite en el valor total) incentivando a un mayor procesamiento local de poroto para luego exportar los productos derivados, en detrimento de las exportaciones del grano sin procesar», indicó la bolsa rosarina.
Las exportaciones de harina entre abril y junio totalizan 8,45 millones de toneladas, un incremento de 17% respecto del ciclo 2019-2020 y el mayor volumen en seis años, mientras que las exportaciones de aceite en primer trimestre de la campaña ascienden a 1,83 Mt, el mejor registro de la historia.
En cuanto a las cotizaciones de la soja, se han mantenido relativamente estables en la última semana.
A diferencia de lo ocurrido con el maíz, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) no informó fuertes cambios respecto de la producción y usos de la oleaginosa, por lo que las cotizaciones no han exhibido grandes variaciones.
El precio de ajuste del contrato con mayor volumen operado en la jornada del jueves alcanzó US$ 492,7 la tonelada en Chicago, prácticamente sin cambios respecto de las cotizaciones de hace una semana.
En cuanto a los precios en el mercado local, han trepado casi US$ 10 la tonelada la última semana, hasta alcanzar US$ 339,6 el jueves 13, el máximo desde principios de junio.