Una nueva polémica entre el Gobierno y el campo se desató luego de que el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, considerara «bienes culturales» al trigo, el maíz y la carne, y se pronunciara por administrar con «inteligencia» los saldos exportables.
El presidente de CRA, Jorge Chemes, consideró «muy difícil que se pueda llevar adelante esto que dice el ministro sin generar intervenciones».
«Administrar es intervencionismo. Si arrancamos así, vamos mal», alertó, a la vez que señaló: «Desde el campo no compartimos para nada estos enunciados que plantean».
Chemes pidió «generar seguridad y confianza en los anuncios para que, justamente, el sector crezca y produzca».
El dirigente ruralista reclamó que Domínguez sea «claro y preciso» en sus anuncios.
Por su parte, el titular de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP), Horacio Salaverri, dijo que administrar e intervenir «desincentiva y desalienta cualquier inversión ganadera con miras a la exportación».
Además, cargó contra las «medidas electoralistas, de corto vuelo, que son inapropiadas».
En diálogo con la agencia NA, Salaverri se quejó de que el ministro de Agricultura «no deja claro lo que ha querido decir con que el trigo, el maíz y la carne son bienes culturales».
«Entendemos que según su concepción, el Estado tendría que proteger o comercializar estos productos, lo cual no es viable para el sector de la producción», señaló.
Las declaraciones del ministro se dieron durante la presentación de un proyecto de ley para fomentar las nuevas inversiones en la agroindustria.
Domínguez acompañó al presidente Alberto Fernández y a la vicepresidenta, Cristina Kirchner, en el anuncio y definió como «bienes culturales» al trigo, el maíz y la carne.
En tanto, el presidente de Federación Agraria, Carlos Achetoni, recordó: «Estamos tratando de salir del cepo a la carne y ahora se dice que son bien cultural la producción de maíz, trigo y carne y administrar con inteligencia los saldos exportables. Es decir, quedarán ampliadas las producciones sujetas a controles».
Además, le pidió al Gobierno que «las fotos, las reuniones y los anuncios dejen de ser tales y se transformen en soluciones para los agricultores familiares».
También lamentó que «mientras en la Ciudad de Buenos Aires se sacan fotos, en Formosa se pudren las bananas porque no hay a quién vendérselas, en Cuyo no se sabe qué pasará con la producción que necesita envases de vidrio porque no hay, los lecheros no saben cómo continuarán trabajando a los valores que perciben sin financiamiento».
Achetoni advirtió que «pasa todo esto y la inflación carcome a los productores cuando tienen que comprar como consumidores, o los choca de frente el problema del precio del dólar para hacerse de insumos».
A su vez, el presidente interino de Coninagro, Elbio Laucirica, también se refirió a los dichos de Domínguez y resaltó que, si bien «una de las funciones del Estado es controlar, reglamentar, administrar para evitar abusos de una u otra parte, el punto está en el límite entre administrar e intervenir».