El precio internacional de la soja, el principal producto de exportación de la Argentina, subía casi 3% este lunes y se comercializaba a US$596 por tonelada.
El valor de la oleaginosa llegó a alcanzar los U$S645 el jueves último y había quedado muy cerca del máximo histórico, registrado el 4 de septiembre de 2012, cuando llegó a los U$S 651.
En el mismo sentido operaban el trigo y el maíz: en el Mercado de Chicago, el primero de ellos trepaba 5,5%, a U$S331 dólares por tonelada; el maíz aumentaba un 3,5% a U$S270 dólares.
La volatilidad con la que viene operando Chicago -que es el mercado de referencia a nivel mundial- impacta en los precios de la oleaginosa y los cereales, en el marco del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
En la Argentina, un reciente informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) señaló que aquellos dos países representan el 78% del comercio mundial de aceite de girasol, el 28% del comercio de trigo y el 19% del maíz.
En consecuencia, la entidad señaló que «la posibilidad real de una restricción se traduce en un aumento de los precios, pero también en una elevada volatilidad en estos mercados reflejando el nivel de incertidumbre reinante».
Por la suba de precios, el aumento en el valor de las exportaciones argentinas como consecuencia del conflicto sería de U$S 1.800 millones anuales, cifra que equivale a un incremento del 5% del valor exportado.
Otro informe -en este caso, de la Bolsa de Comercio de Rosario- proyectó que la producción local de soja podría llegar a los 12,4 millones de toneladas, un 30% menos de lo que se estimaba al inicio de la campaña presente.
De concretarse esa estimación, la Argentina registrará en 2022 la producción más baja de soja de los últimos 14 años.
Cuando comenzó la campaña actual, en octubre del año pasado, se aguardaba una cosecha anual de 17,7 millones de toneladas.