Tras la visita del mandatario chileno Gabriel Boric, el presidente Alberto Fernández recibirá este jueves a su par de Bolivia, Luis Arce, en un encuentro que apuntará a cerrar un acuerdo sobre los volúmenes y el precio del gas que le permitan a la Argentina afrontar las demandas locales en los meses de invierno.
Ambos presidentes decidieron encarar en personas la negociación por la provisión de gas, la cual lleva meses atrasada.
En la misma línea, el ministro de Economía, Martín Guzmán viajará el viernes a Brasil para avanzar en la vinculación energética.
El funcionario cuestionado por el sector kirchnerista se reunirá el viernes en San Pablo con el ministro de Minas y Energía brasileño, Bento Costa Lima.
Participará también de un encuentro con 200 empresarios locales de diversos sectores con el objetivo de promover las inversiones en el país.
El ministro mantuvo un encuentro el pasado lunes con su par chileno de Energía, Claudio Huepe Minoletti, con el que firmó un acuerdo de integración energética.
Del encuentro participaron también la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Cecilia Todesca; el secretario de Energía, Darío Martínez; la secretaria Legal y Administrativa del Ministerio de Economía, Rita Tanuz, y su par de Asuntos Económicos y Financieros Internacionales, Maia Colodenco, entre otros funcionarios.
Desde Gobierno aseguran que trabajan en garantizar la promesa que efectuó la vocera presidencial en conferencia de prensa.
«El Gobierno puede garantizar que no va a faltar gas en invierno, digo esto y la realidad puede desmentirme, no sabíamos que iba a haber una guerra en Ucrania y está sucediendo, y esto a cambiando el escenario internacional», supo declarar días atrás Gabriela Cerruti.
El temor de un desabastecimiento se incrementa ante las dificultades económicas para equilibrar la demanda y la oferta de GNL producto a la suba de los precios internacionales generados como consecuencia del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
Además, la sequía en la Argentina y la zona, con la consecuente bajante de los caudales que provocó una caída en la capacidad de generación de las hidroeléctricas, también repercute.