El titular de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), Oscar Ojea, se mostró hoy en «desacuerdo» con el DNU que dispuso la suspensión de clases presenciales en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) por las próximas dos semanas.
«Queremos expresar nuestro desacuerdo con la suspensión de las clases presenciales que estaban siendo llevadas con muchísimo trabajo por parte del personal docente y de las familias», precisó el monseñor mediante un comunicado que firmó en su carácter de obispo de San Isidro.
En ese sentido, explicó que la postura se sustenta «sobre todo pensando en tantos chicos y chicas que lo necesitan, especialmente en los barrios populares, en los que se carece de buenas conexiones para las clases virtuales».
Además, hizo un pedido puntual a las autoridades y pidió: «No sigamos acrecentando aún más la brecha con quienes viven en sus casas otras pandemias, reflejadas en el aumento de la pobreza y la falta de un trabajo digno».
«No alcanzan las palabras para agradecer la generosidad del personal de la salud en su tarea en este tiempo de pandemia.
Sin embargo, queremos expresar nuestro desacuerdo con la suspensión de las clases presenciales, que estaban siendo llevadas con muchísimo trabajo por parte del personal docente y de las familias», añadió.
De todos modos, reconoció que «es extremadamente difícil y compleja la toma de decisiones ante la enorme crisis sanitaria que ha provocado la pandemia comprendemos».
Por otra parte, sobre la prohibición de actividades religiosas, Ojea recordó que «el culto está siendo celebrado con cuidados extremos, respetando las normas y protocolos vigentes» y subrayó: «No estamos de acuerdo con la suspensión de las celebraciones en los templos».
Asimismo, consideró que preservar la celebración de misas «es esencial para alimentar el espíritu del pueblo ante situaciones que deben encontrarlo con fortaleza espiritual y una esperanza firme».
Sin embargo, señaló que acatan las medidas: «Teniendo en cuenta la gravedad de la situación sanitaria, les pedimos a todos los hermanos y hermanas, a los sacerdotes y a las familias que en estos próximos quince días cumplamos con las nuevas normas vigentes».